Monseñor Abelardo Francisco Silva, que había sido consagrado Obispo de San Roque a fines de 1981, en su primera salida al interior de la diócesis visitó Las Breñas el 3 de enero de 1982, designó cura párroco de San Miguel Arcángel al reverendo Antolín Paredes, asumiendo 1 de marzo de 1986, cuando Vlatko Poljicak se encaminó hacia San Luis.

Paredes nació en Humaitá, Paraguay, el 2 de septiembre de 1930, y su ordenación sacerdotal se produjo cuando tenía 29 años, el 29 de junio de 1960 en Tortona, Italia, como integrante de la Congregación Pequeña Obra de la Divina Providencia, fundada por San Juan Luis Orione (Don Orione) a quien llegó a conocer. Permaneció un año en Roma donde realizó estudios de teología. Ya en nuestro país, dedicado plenamente a su misión sacerdotal, fue vicario parroquial y director de la escuela parroquial en San José Benito Cotolengo de Villa Lugano, Buenos Aires y, durante 2 años, como vicedirector del Colegio Don Orione de Barranqueras. Después estuvo en Nuestra Señora de Itatí de Presidencia Roque Sáenz Peña, 5 años de párroco en Villa Berthet, 1 en el obispado de San Roque como promotor de vocaciones; 1 año en la Capital Federal participando del curso superior de catequesis del ISCA; 13 años atendió las parroquias de Campo Largo y Corzuela.

En 1979 fue designado secretario canciller diocesano, y luego asumió como titular de la parroquia San Miguel Arcángel de Las Breñas el 1 de marzo de 1986, designado por Monseñor Abelardo Francisco Silva, donde permaneció 17 años ya que fue reemplazado el 11 de enero de 2002 por el padre Jorge Ledesma, pero debido al alejamiento de éste a raíz de un accidente automovilístico ocurrido en septiembre de ese año cuando misionaba por el campo, Paredes que disfrutaba de un año sabático, regresó de Paraguay a pedido de Monseñor José Lorenzo Sartori y se hizo cargo nuevamente de la parroquia breñense el 13 de noviembre de 2002, concluyendo el 28 de febrero de 2004 cuando asumió como párroco el padre Hugo Grimaux y él pasó a atender la capilla de Gancedo.

Paredes en Las Breñas se propuso que la parroquia contara con la mayoría de los movimientos diocesanos y organismos pastorales. Intensificó la evangelización y catequesis en todos los barrios, construyéndose varias capillas: San Cayetano, Nuestra Señora de Fátima, San José, Santa Teresita, Santa Rita, como así también en la zona rural. Dedicó tiempo a los niños logrando una gran cantidad de primeras comuniones y confirmaciones. A través de una catequesis integral con los grupos parroquiales, llegó a todos los rincones del departamento 9 de Julio. Habilitó la librería y santería “Margarita Lheritier de Sauvage” que llenó una gran necesidad en el medio. De carácter firme y modo directo para decir y dialogar, son recordadas sus homilías como las invocaciones religiosas de los actos patrios, manifestándose contra las injusticias y la corrupción, generando las lógicas polémicas. Honró a su ministerio con un gran celo sacerdotal por lo sagrado.

En los 9 primeros años de párroco de Paredes, recibieron el sacramento del orden sagrado: Ramón Saldaña, diácono; Alcio Maldonado, sacerdote; Ariel Dorado y Osvaldo Santillán, diáconos transitorios; Ariel Dorado, sacerdote; Omar Héctor Zenoff, primer diácono permanente de la Diócesis; y Osvaldo Santillán, sacerdote. Lo acompañaron en la parroquia los sacerdotes Orlando Verón, Luis Ojeda, Edgardo Vechietti y Osvaldo Santillán, vicario parroquial.

Falleció repentinamente de un paro cardiorrespiratorio en Gancedo, donde se encontraba a cargo de la capilla de Nuestra Señora de Luján de esa localidad, desde 2004. Se estima que su deceso se produjo el lunes 11 de diciembre de 2006 a la noche después de celebrar misa; en la mañana del 12, al no responder a los llamados, sus allegados decidieron violentar la puerta de la vivienda y al ingresar lo encontraron muerto, caído en el suelo con su canastita de medicamentos. Sus restos, velados en la capilla de Gancedo, fueron trasladados hasta la iglesia de Las Breñas donde los sacerdotes de la diócesis concelebraron la misa exequial, presidida por Monseñor José Lorenzo Sartori. Depositado en el cementerio Arcángel San Rafael, fue inhumado definitivamente en un sepulcro excavado en el plantero principal de la parroquia, integrado así a la Iglesia San Miguel Arcángel.